El día antes del día~Igor~

No es que me desagradara la idea de andar viajando ni nada, pero Boston no era precisamente mi destino favorito para ir. Pero ahorita no tengo nueva misión, aún, asi que será como unas pequeñas vacaciones en otro lugar. Entré a un Starbucks cerca de la casa que renté y me definí a no andar viendo a la gente ni analizandola. Cuando se es un agente de la CIA, uno acostumbra a andar analizando a los que le rodean para identificar sospechosos o algo así, y cuando lo llevas haciendo casi la mitad de tu vida, es algo complicado eludirlo. Me puse en la fila de espera y cuando llegó mi turno pedí un capuccino irlandés. Lo tomé del counter y me dirigí a una mesa libre. No tenía mucho que hacer así que de mi bolso saqué un libro reciente que mi padre me había regalado. Era de Kazuo Ishiguro y ni lo había abierto hasta ahora. "Eres solo otra mujer del montón Dido" pensaba mientras tomaba el café y leía el libro sin casí alzar a ver.

Bostón. Otra ciudad capitalista e imperialista. Algo más fresca y relajada que los Ángeles, pero seguía siendo un nido de corrupción. Pero en fin, ¿qué se le iba a hacer? El trabajo era el trabajo y uno hacía lo que le mandaban. Y si le mandaban ir a Boston para terminar unos trabajos se hacía y punto.

Pero bueno, ya estaba todo hecho y sólo quedaba esperar un par de días para volver a la sede en México y relajarse. Así que había salido a pasear, disfrazado de ciudadano normal y corriente (incluso había dejado la pistola en el hotel) y se metió en una de esas cadenas que vendían café. Siempre había pensado que el Starbucks era al café lo que el McDonald a las hamburguesas.

Pidió un latte, pagó y se sentó en una de las numerosas mesas que había. La verdad es que el lugar era agradable. No se dio cuenta y se sentó junto a una muchacha que estaba leyendo un libro. Parecía bastante concentrada.

—¿Es interresante?—preguntó Igor después de sentarse y darle el primer sorbo a la bebida con su peculiar acento ruso.

Estaba de más concentrada en leer el libro y eludir cualquier contacto con alguien por miedo a andar analizandolo sin necesidad. Esa voz que oí me cogió algo desprevenida y me asusté un poquito. Tomé el separador de hojas que estaba a lado de mi café y bajé el libro.
-Pues si, esta bastante bueno.-Sonreí para no andar de mujer rara, desconocida y peor aún amargada.
Su acento, era ruso y sabía que era uno de los pocos acentos que se identifican donde fuera. Él era algo alto y su pelo de un bonito color rubio. No es que adorara a la gente rubia, solo que prefería cualquier otro color de pelo al rojo que tenía. Y tenía ojos azules. Algo en el no me inspiraba mucha confianza, pero talvez era otro ciudadano más y valía la pena bajar la guardia.
-Qué te trae por aquí?-Pregunte lo más casual que pude.

Igor elevó el vaso y se lo señaló:
—Aunque no se lo crrea, el café. Los he prrobado mucho mejorres, perro bueno, es lo que hay. Y si me prregunta que hace un hombrre de negocios rruso en Bostón, le dirré que sólo estoy aquí por temas de trrabajo. Una bonita ciudad ésta —explicó con una sonrisa, tratando de mostrarse amable—. ¿Usted está aquí sólo por el café o está esperrando a alguien y le molesta mi prresencia?

Mientras hablaba Igor la analizó con cierta discreción. Mujer joven, más cerca de los treinta que de los veinte. Razonablemente atractiva, cuerpo en buena forma y, a primera vista, simpática.

—Por cierrto, me llamo Pietrro—dijo mientras le tendía la mano.

Tomé un buen sorbo de mi café y después de una larga lucha interna traté de evitar analizar al sujeto al frente mio, pero era casí imposible. Sonreí y respondí con la taza aún en mi mano.
-Pues estoy aquí en algo como unas pequeñas vacacionesy concuerdo en lo del café, hay mejores.-Sonreí y volví a tomar un sorbo de café.
Se veía bastante agradable, solo que lo sentía algo nervioso. Es algo que solo el tiempo te enseña a descifrar y era considerablemente buena en ello.
-Encantada Pietro, soy Isabella-Le estreché la mano y sonreí lo más sinceramente que pude.

—FDI: por comodidad dejo de doblar las “r”, que es un coñazo. Asume que sigue hablando con acentazo ruso xD

—Oh, me alegra oírlo. Las vacaciones siempre vienen muy bien. ¿Puedo preguntarle en qué trabaja usted? —inquirió dándole otro sorbo a su café—. A mí me han enviado para cerrar unos acuerdos con algunas empresas y demás. Y como he acabado antes de tiempo estoy ahora yo también de vacaciones—explicó con una sonrisa, aparentemente divertido por la situación.

Se recostó más contra el cómodo asiento y echó un vistazo por el resto del local, que no estaba demasiado lleno. Algo que le agradaba, porque los sitios abarrotados le parecían siempre demasiado peligrosos para su trabajo. Y que no le permitían saber lo que iba a pasar a continuación.

Mi madre me enseño como nadie a ser otra persona y dejar de ser Dido por unos momentos. Pensé en que podría pretender ser yo una editora de libros, escritora, reportera, o escultora. En solo una era buena y era esculpir.Pero iba a ser para este civil, si lo era, Isabella y era una confirmadora de datos para un pequeño periódico.nO es que se alejara mucho de lo que yo a veces hacia, pero sonaba más normal a andarle diciendo al Pietro "Soy una agente de la CIA que anda buscando a mafiosos a nivel internacional y sospechosos de narcotrafico."Con eso podía matar de un infarto a alguien o asustarlo y de verdad
-Pues trabajo como confirmadora de datos en un pequeño periódico en Vancouver y me mandaron a confirmar algunos datos pero aproveché para un descanso.-Sonreí y tomé un sorbo de mi cafe.
Si algo me gustaba de andar de incognita en algun lugar era el que ese sitio no estuviera repleto de gente por dos razones. Una, en caso de que tuviera que actuar como la agente que soy, sería más fácil explicarles las cosas a un grupo pequeño de gente, y dos, podías evitar que mucha gente salga perturbada o herida física y psicológicamente.